Como viene siendo habitual, cada vez que volamos en avión toca madrugar mucho, pero es un esfuerzo que hacemos sin protestar.
Sobre las 6:00 de la mañana nos ponemos en pie para desayunar, asearnos y meter el equipaje en el coche.
Es la hora de poner rumbo al aeropuerto Adolfo Suárez Marid-Barajas y no queremos llegar tarde por si hay problemas. Hay mucha gente de vacaciones y los aeropuertos están a tope de trabajo.
Sobre las 8:30 estamos aparcando nuestro coche y nos vamos hacia la terminal T4 ya que tenemos un vuelo con Iberia que nos va a llevar hasta la Capital Noruega.
Las colas para pasar los controles están abarrotadas, pero han habilitado todas y no tardamos más de 20 minutos en entrar.
Es un poco pronto para ir hasta la puerta de embarque y decidimos sentarnos a desayunar tranquilamente, ya que cuando lleguemos a Oslo será la hora de comer.
Muy puntual, el embarque se hace a las 10:05 y despegamos a las 10:35 horas.
El vuelo transcurre sin complicaciones y hemos descansado un buen rato, luego la gente comienza a levantarse y ya es difícil segur durmiendo.
Pasadas las 14:00 horas comenzamos a prepararnos para el aterrizaje y enseguida estábamos levantándonos para ir a por nuestro equipaje y ponernos en la larga fila que hay para recoger nuestro coche de alquiler.
Tardamos aproximadamente una hora en hacer las gestiones del alquiler del coche y nos vamos hacia el parking para comenzar realmente el viaje por Noruega.
El primer destino que ponemos en el GPS es el Frognerpark o Parque Vigeland.
Se trata del parque más famoso de Oslo, un parque lleno de esculturas creado por el escultor noruego Gustav Vigeland.
Monolito en Parque Vigeland
El Puente del Frognerpark y sus escultura
Sin duda, un buen comienzo para conocer Oslo es pasear por este gran pulmón verde y si quieres profundizar, no dudes en entrar en el Museo Vigeland.
Fachada del Museo Vigeland
Aprovechamos el resto de la tarde para conocer el centro de la Ciudad y mezclarnos con sus gentes, disfrutar de su arquitectura y sus monumentos hasta la hora de cenar y luego ir hasta el hotel que tenemos reservado para descansar.
Nuestra recomendación para pasar un día en la ciudad de Oslo es:
- CAMINAR sin prisa por las principales plazas de la ciudad, contemplado los grandes y modernos edificios, sin perder detalle a los monumentos grandes y pequeños que podamos encontrarnos.
Posando con el astronauta
- LA TORRE DEL RELOJ, de Aker Brygge, situada en su origen en el edificio Verkstedhallen para que los astilleros pudieran ver la hora.
- AYUNTAMIENTO de Oslo, ubicado en la gran Radhusplassen, donde decenas de personas se encuentran sentadas en bancos disfrutando del buen tiempo.
Ubicándonos en la Torre del Reloj donde nos encontrábamos, apenas caminando unos metros para contemplar este gran edificio tan significativo para los Premios Nobel de la Paz.
Se puede visitar de forma gratuita su interior.
- CENTRO NOBEL DE LA PAZ, ubicado al inicio del muelle, y a pocos metros del Ayuntamiento, encontramos este bonito edifico donde se puede visitar el museo con la historia de los ganadores de este prestigioso premio.
- PALACIO REAL, ubicado al final de la calle Karl Johans Gate, es la residencia oficial de los reyes de Noruega.
Nosotros no coincidimos con el Cambio de Guardia, pero sabemos que a ciertas horas se hace y acuden muchos turistas para verlo.
- JARLS JOHANS GATE, es la principal calle comercial de la ciudad. Va desde el Palacio Real hasta la Estación Central, y cuando se recorre, se van visitando alguno de los edificios más principales de Oslo, así como el Parlamento, el Grand Hotel o el Teatro Nacional, además de numerosos hoteles y restaurantes.
Frente al Palacio Real se encuentra la estatua ecuestre del Rey sueco-noruego Karls Johans, que da nombre a la calle.
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