DÍA 4: RABAT

 Despertamos temprano y ya luce un sol espléndido ... da gusto viajar a finales de Octubre y que haga temperatura de verano!!!

Bajamos a desayunar y ya nos tienen preparada nuestra mesa repleta de ricos productos para coger bien de energía.


Desayunando en el hotel

No tardamos mucho en salir a las calles de la ciudad. Atravesamos poco a poco La Medina que a estas horas apenas hay visitantes, sólo los comerciantes con sus idas y venidas preparando sus puestos para vender.

Cuando salimos de La Medina dudamos en cómo ir visitando la ciudad, si ir directamente hasta el Palacio Real por la Av. Mohammed V o dar un rodeo siguiendo el perímetro de la muralla.
Finalmente decidimos ir caminando por fuera de la muralla y así pasar por plazas y parques hasta llegar al Palacio Real.


Comenzando la visita a Rabat

Al llegar a la primera puerta del palacio, preguntamos a los policías que custodian la entrada y nos informan que por ahí sólo pueden pasar los embajadores que visitan al Rey. 


Entrada al Palacio Real

Nosotras sólo podremos entrar por la puerta que nos indican y hacía allá que nos vamos (que por cierto, no está nada cerca).
Vamos rodeando los muros del palacio tomando como referencia una gran Mezquita que vemos y que según nos han dicho, llegando allí, ya estamos cerca de la entrada para turistas.


Torre de la Mezquita

No tardamos en llegar a la puerta que da acceso a los turistas y nada más cruzarla llegamos a una especie de comisaría donde tenemos que dejar nuestros pasaportes y esperar a que la policía recoja nuestros datos. Luego nos devuelven los pasaportes y nos indican por dónde debemos seguir caminando hasta llegar a los jardines y desde allí, pero sólo en la distancia, poder hacernos fotos con el Palacio Real (no es visitable).


Jardines y Palacio Real

Decidimos caminar un poco por los jardines y buscar una puerta de salida del recinto real diferente de la que habíamos entrado.


Puerta de salida del Palacio Real

Enseguida llegamos a la puerta de salida y nos encontramos en una gran avenida llena de tráfico donde estamos completamente desubicadas por lo que paramos un taxi y le dijimos que nos llevara hasta el Mausoleo de Mohammed V, otro imprescindible que ver en Rabat.

Entramos en el recinto donde se haya el Mausoleo de Mohammed V y nos quedamos boquiabiertas con la cantidad de gente que allí se encontraba. Se trata de una gran plaza donde además de albergar el Mausoleo, podemos visitar la Torre de Hassan.

Aquí se iba a construir la mezquita más grande del mundo, pero sólo se quedó en un proyecto inacabado, por eso hoy en día se pueden ver tantos pilares a medias a lo largo de la extensa superficie de la plaza.


bosque de gruesas columnas , Torre de Hassan


Torre de Hassan

El Mausoleo de Mohammed V se encuentra custodiado por cuatro guardias reales ataviados con su uniforme de gala y montados a caballo en las puertas.


Entrada al Mausoleo y la Torre de Hassan

El interior no se puede visitar, pero bien merece la pena admirar y disfrutar de la belleza tallada en mármol blanco.


Mausoleo de Mohammed V


Mausoleo de Mohammed V

Después de un buen rato admirando este precioso lugar, nos vamos caminando sin perder de vista la bonita estampa que tenemos ante nuestros ojos, y es que de frente vamos viendo a lo lejos la Kasbah.


Vista de la Kasbah de los Oudayas

El calor aprieta y tenemos necesidad de buscar un lugar donde poder tomar algo fresco. No tardamos en llegar a la Av. Mohammed V, que sin duda es la más bulliciosa, bonita y animada de la ciudad.

Nos encontramos con un chico que ayer por la noche nos ayudó a desenvolvernos en La Medina y le preguntamos dónde poder tomar una cerveza bien fría y nos sorprendió con su respuesta: "tenéis que seguir la Avenida hasta encontraros con el restaurante Casa José" y es que en el restaurante tan bueno donde comimos en Casablanca es una franquicia que también se encuentra en Rabat.

Llegamos enseguida a Casa José y nos deleitamos comiendo unas deliciosas croquetas y una cerveza.


Refrescándonos en Casa José

A este restaurante acuden todos los embajadores que vienen a Rabat, ya que es uno de los pocos lugares donde se puede beber alcohol.

Mucho más recuperadas, regresamos a la bulliciosa Medina donde caminamos por sus puestecitos hasta que volvemos a tener la sensación de agotamiento. Entonces decidimos volver al restaurante Casa José para comer y descansar un poco.

Todo un acierto ir a comer allí, porque además de comer un rico plato de fritura de pescado, nos queda muy cerca de los atractivos turísticos que queremos seguir conociendo.

Por eso, después de comer nos dirigimos hasta la Oficina de Correos de Rabat, donde quedarás impresionado con su bonita fachada y el reloj que tiene en su parte central.


Edificio de Correos

Aunque suene raro, en esta ciudad musulmana hay una catedral cristiana, y  no se encuentra lejos del edificio de correos, por eso callejeamos un poco hasta llegar. Se trata de un edificio de 1930, sencillo por fuera pero muy bonito por dentro, por lo que os animamos a que os acerquéis a visitarlo.


Catedral de San Pedro. Rabat


Altar Mayor de la Catedral de San Pedro.

Antes de regresar al hotel para descansar un poco, quiero deciros que no nos cansamos de caminar por la Av. Mohammed V, donde convive a la perfección lo tradicional con lo moderno. Es una delicia ver los preciosos edificios modernos, las filas de palmeras bien alineadas, antiguos palacios...
No dejéis de ver el Parlamento de Marruecos, el edificio de Correos, el Banco de Marruecos, la Estación de Ferrocarril o el histórico Hotel Balima.


Banco de Marruecos.

Ahora ya si que regresamos al hotel para descansar un poco y dejar las compras que hemos hecho en el día.

Cuando el sol ya no calienta como en las horas centrales del día, volvemos a la calle para caminar sin rumbo, que es la mejor manera de visitar las ciudades, y llegar sobre las 19:30 horas al Restaurante "La Bamba", otro español que se aventuró a dar comidas riquísimas y donde sin duda, podrás pasar una agradable sobremesa escuchando música en español.

Salimos del restaurante ya de noche y cansadas, ponemos rumbo al hotel para descansar.
Dejamos dicho en recepción que por favor avisaran a un taxi para que mañana nos esperara en la puerta de La Medina más cercana a nuestro hotel a las 6:00 horas para que nos lleve al aeropuerto. Mañana regresaremos a casa.

EL TRIÁNGULO DEL ARLANZA

 El triángulo del Arlanza  es un conjunto de tres pueblos, muy cercanos entre sí, que representan la esencia de la provincia: grandes monumentos, arquitectura popular y un entorno natural envidiable.

Las tres poblaciones están bañadas por el río Arlanza y son Lerma, Santo Domingo de Silos (y su Desfiladero de la Yecla) y Covarrubias. 


 DESFILADERO DE LA YECLA, situado a unos 3 km. de Santo Domingo de Silos. Es una estrecha y profunda garganta que a través de una pasarela se pueden recorrer unos 600 metros sobre cascadas y pozas.
La ruta comienza en los túneles de la BU-910, Silos-Caleruega.







SANTO DOMINGO DE SILOS: El patrimonio más conocido de este pequeño pueblo es su Monasterio, pero Santo Domingo guarda otros monumentos y lugares de interés.

La historia del pueblo está ligada a la de su Monasterio, y en su visita, la joya de la corona es el claustro románico.




El claustro es la gran maravilla, sus columnas, los detalles de los capiteles, el artesonado mudéjar del techo, los capiteles inspirados en la naturaleza y animales...
En la visita también podemos conocer otras estancias importantes como la Botica y el Museo.

Después de la visita , nos dirigimos a la Abadía, donde todos los días, los monjes realizan rezos en gregoriano, nos lo habían advertido, en breve comenzarían los rezos y les podíamos escuchar. Es una maravilla escucharles, si tenéis la oportunidad y os cuadran los horarios, no os lo perdáis.

En los alrededores de la Abadía y junto al río Mataviejas (afluente del río Arlanza) encontramos un bonito Lavadero y una Puerta de la Muralla.







COVARRUBIAS, situada a 19 km de Santo Domingo de Silos. La Villa es conocida como la Cuna de Castilla
Su nombre le viene de las abundantes cuevas rojizas que hay en los alrededores.


La larga historia de Covarrubias nos remonta mucho antes de la presencia de los romanos, ya que fue el rey visigodo Chindasvinto, quien en el siglo VII levantó la muralla y la primitiva iglesia de San Cosme y San Damián.

Pero sin duda, la figura de Fernán González, unificador de Castilla durante la Reconquista es quien marca la historia de la localidad, ya que junto a su hijo García Fernández fundan el Infantado de Covarrubias, que durante 200 años fue gobernado por las Infantas de Castilla.


La entrada al pueblo la hacemos a través del arco del Archivo del Adelantado de Castilla donde se puede ver el escudo de Felipe II. 



El edificio, situado al norte de la villa, alberga en su planta baja la Oficina de Turismo, y en las dos plantas superiores, el Museo del Libro.



En la visita destacamos la Iglesia de Santo Tomás y la Antigua Colegiata de San Cosme y San Damián.

En cuanto a la Iglesia de Santo Tomás, decir que se construyó originalmente en el siglo XII, aunque el edificio que ahora vemos es del sigo XVI.
En su interior destaca una escalera plateresca, la pila bautismal, el órgano y sus seis retablos, si tenéis la suerte de encontrárla abierta no hay que perderse la visita.



La Antigua Colegiata San Cosme y San Damián se encuentra ubicada junto al paseo que discurre por la orilla del río Arlanza. Se trata de un edificio del sigo XV donde se puede visitar su claustro, un museo y el tríptico de la Adoración de los Reyes.
En el presbiterio, se encuentra el sepulcro de Fernán González, y junto a la epístola se encuentra un sarcófago romano paleocristiano, que se reaprovechó para enterrar a su esposa Doña Sancha de Pamplona.






Frente a la colegiata se puede ver el monumento a la princesa Cristina de Noruega, que llegó a España para contraer matrimonio con Don Felipe, hermano del Rey Alfonso X el Sabio.

Sus restos reposan en un sarcófago en el claustro de la antigua colegiata.



Otro bello lugar de Covarrubias que no hay que perderse es el Torreón de Fernán González, una torre defensiva del siglo X, y en el frente encontramos un crucero del siglo XVI.



Nos gustó mucho la plaza del Ayuntamiento con soportales y casas entramadas, típica arquitectura tradicional castellana.







LERMA, situada a poco más de 20 km de Covarrubias.

Su historia está irremediablemente ligada a la figura del Duque de Lerma, primer ministro de Felipe III. Bajo este patrocinio, en Lerma se construyó uno de los conjuntos histórico-artísticos de estilo herreriano mejor conservado en el país.

Comenzamos la visita por el Arco Medieval o Arco de la Cárcel, puerta principal de entrada a la villa, protegida antiguamente por una muralla que rodeaba un primitivo caserío hasta ser derrumbada por Alfonso XI en 1336.
De la muralla medieval levantada en los siglos XV y XVI por los Sandoval sólo quedan estos cubos defensivos en la entrada (aunque muy restaurados).
Se le conoce como Arco de la Cárcel debido a que en los siglos XVII y XIX se empleó como prisión.
En la actualidad alberca el Consejo Regulador de los vinos Denominación de Origen "Arlanza".



La Ermita de la Piedad, primitiva Iglesia de San Juan, es utilizada como "espacio escénico" para actos culturales, conferencias, y representaciones teatrales.



Seguimos caminando la calle arriba sin perder detalle a las fachadas, a los rincones y por lo que vamos descubriendo Lerma esconde mucho arte que tenemos que descubrir.


Nos desviamos hacia la izquierda pasando por la casa donde vivió su juventud el poeta José Zorrilla. El escritor  y su familia vinieron a vivir a Lerma sufriendo el destierro en época de guerra, pero aquí encontró su gran amor. 
Su obra maestra, Don Juan Tenorio, está dedicada a su gran amigo y corregidor de Lerma, Don Paco Vallejo.

Justo de frente nos encontramos con la grandiosa Iglesia Colegial de San Pedro.
La encontramos cerrada y es una pena, porque en su interior hubiéramos contemplado el precioso retablo de Juan Gómez de Mora entre otras joyas.




El Pasadizo del Duque de Lerma, se construyó para que el Rey pudiera desplazarse sin pisar la calle. Las galerías comunicaban el Palacio Ducal con las iglesias y conventos de la localidad.
El único tramo que se conserva puede ser visitado a través de la Oficina de Turismo.

En la Plaza de Santa Clara encontramos el Mirador de los Arcos, recias arcadas que se levantaron como apoyo del pasadizo ducal y desde donde se obtienen buenas vistas a la Vega del río Arlanza.




En esta plaza se ubica el primer convento construido en la localidad, el Monasterio de la Ascensión de Nuestra Señora o Convento de Santa Clara.



El Monasterio de Santa Teresa, alberga la Oficina de Turismo, el Centro de Interpretación, el Ayuntamiento y los Juzgados de Lerma.



En el centro de la plaza descansan los restos del conocido como "cura Merino", guerrillero en la Guerra de la Independencia.

Llegamos a la Plaza Mayor, que con casi 7.000 m2 es una de las plazas más grandes de España.



El Palacio Ducal (Parador de Turismo) preside la Plaza y en los laterales podemos ver 75 columnas de piedra y sobre éstas, edificios de ladrillo.


La plaza fue creada como escenario de grandes fiestas y es el lugar ideal para quedar con amigos y sentarse en alguna de sus terrazas a comer o para degustar alguno de sus vinos Denominación de Origen.


Para terminar la visita llegamos al Convento de San Blas, de estilo barroco clasicista del s. XVII, alberga la comunidad de monjas Dominicas. Fue diseñado por Juan Gómez de Mora y levantado por Fray Alberto de la Madre de Dios.




Os dejamos unas vistas nocturnas de Lerma.









DÍA 5: RABAT- MADRID

 Hoy toca despertar muy temprano, son las 5:20 cuando suena el despertador y con pereza nos levantamos, nos aseamos y abandonamos el hotel en medio de una gran soledad en las calles de La Medina.

Salimos de La Medina esperando que esté allí nuestro taxi, pero después de esperar algo más de 15 min. decidimos parar a otro que pasaba por allí y que nos llevara al aeropuerto. No sabemos por qué el que nos pidió el hotel se ha retrasado o simplemente no ha llegado por algún motivo.

Después de hacer los trámites oportunos en el aeropuerto, ya nos tomamos el tiempo con relax, desayunamos y mirábamos las pocas tiendas que se encontraban abiertas hasta que se llegó la hora del embarque.

El vuelo de regreso se hizo muy ameno, ya que nos ofrecieron algo para tomar y se pasó el tiempo rapidísimo.

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