DÍA 6: DUBLÍN- MADRID

      Despertamos  en la capital irlandesa de manera relajada, hoy sólo saldremos a desayunar y luego nos encaminaremos hacia el aeropuerto esperando que llegue la hora de nuestro vuelo.

Devolvemos el coche de alquiler y sin más demora entramos a la terminal del aeropuerto para buscar la puerta de embarque y esperar tranquilamente.

No suele ser lo habitual, pero nuestro vuelo sale con una hora de retraso y hasta aquí nuestro viaje por Irlanda, un estupendo recuerdo.



DÍA 5: DUBLÍN

  Hoy no hemos madrugado, el despertador quedó a un lado y hemos aprovechado a descansar para afrontar la visita a Dublín.

No tenemos desayuno en el hotel, por lo que salimos a la calle a buscar una cafetería y luego vendrán las visitas.

Nuestro recorrido por Dublín comienza por la Catedral de San Patricio (St. Patrick's Cathedral) dedicada al patrón del país.

De estilo gótico, su interior es sobrio y oscuro. Destacamos el coro y el púlpito, nos pareció la parte más impresionante de la catedral.



A pocos metros de San Patricio encontramos otra Catedral, la Cathedral of the Most Holy Trinity o Catedral de la Santísima Trinidad.



Seguimos caminando hasta el río Liffey y tener una buena vista de los edificios del otro margen  (orilla norte). 
En esta zona más nueva de la ciudad paseamos por calles comerciales repletas de gente.
La Avenida O' Connell Street  es una de las principales de la ciudad, y en ella destaca el monumento más alto de la ciudad, un pináculo muy llamativo (The Spire).





En los alrededores nos encontramos con la Pro-Cathedral St. Mary's, mucho menos lujosa que las anteriores, pero muy bonita en su interior.



Regresamos al bullicio y nos encaminamos de nuevo hasta el río Liffey para seguir la visita de la ciudad.



A orillas del río vamos viendo edificios importantes como Custom House Quay, The IFSC, y llegamos hasta el Convention Centre. Final de nuestro camino.




Damos media vuelta y poco a poco nos dirigimos hacia Trinity College, unas dependencias universitarias con grandes patios interiores.
La verdad es que no nos llamó demasiado la atención, había obras y no se veía bien el conjunto en general. Gran afluencia de gente joven y turismo.




Siguiendo la Grafton Street enseguida nos encontramos con la estatua de Molly Malone, una pescadera ficticia, estrella de una famosa canción irlandesa.


Seguimos caminando por calles comerciales repletas de gente hasta llegar a St. Stephen's Green, un bonito parque donde la gente se encuentra charlando amistosamente y que incita a la relajación.



Es la hora de comer y poco a poco nos dirigimos al barrio de Temple Bar para buscar un restaurante. 
La verdad es que nos costó bastante encontrar un local que no  nos pidiera reserva, estaba todo lleno, pero finalmente nos sentamos a comer tranquilamente y la sobremesa nos sirvió para descansar un poco.


Por la tarde, seguimos caminando sin rumbo por el barrio de Temple Bar y alrededores, donde habían varias calles con decorados dedicados al disfrute de todos los viandantes. 






El resto de la tarde lo dedicamos al disfrute caminando por la ciudad sin rumbo fijo, algo que nos encanta hacer siempre que tenemos tiempo.
Dublín es una ciudad con mucho ambiente, ideal para pasarlo bien y poner un broche final a un viaje por Irlanda.






DÍA 4: LIMERICK- CASHEL- KILKENNY- DUBLIN

 

Nos levantamos bastante temprano para poder disfrutar de otro largo día por tierras irlandesas.

Nuestra primera visita es el Castillo del Rey Juan en Limerick, pero es tan temprano que lo encontramos cerrado, por lo que nos conformamos con verlo desde fuera. El castillo se ubica junto al río Shannon y la mejor vista del castillo la tenemos desde un puente que está justo al lado.




Antes de irnos de Limerick, nos acercamos hasta la cercana Catedral de St. Mary's, un templo medieval. Al igual que el castillo, también estaba cerrada.


Regresamos al coche para poner rumbo hacia nuestro siguiente destino, Rock of Cashel. Tenemos algo más de una hora de conducción aunque apenas nos separan 60 km.

Rock of Cashel fue construido entorno al siglo XII y fue asentamiento de los reyes de Munster (una de las grandes provincias de Irlanda).

El coche lo dejamos en un aparcamiento en la parte baja de la localidad y caminamos hasta llegar al recinto amurallado.


Nada más pasar las taquillas entramos a visitar un museo instalado en la sala de la Coral de los Vicarios, donde se puede admirar la auténtica Cruz de San Patricio.
Ya en el exterior podemos ver una réplica de ésta cruz a los pies de la Catedral.
El edificio ruinoso de la Catedral es uno de los más importantes del complejo aunque solo queda la estructura externa del edificio.



Adosada a la Catedral encontramos la Capilla del Rey Cormac. La capilla posee relieves importantes y destacamos un centauro lanzando flechas a un león.
En su interior hay pinturas que representan el bautismo de Cristo y los Reyes Magos.


Pasamos un buen rato visitando Rock of Cashel y nos vamos caminando hacia la otra atracción de la localidad, la Abadía de Hore, rodeada de verdes prados y con vistas estupendas de Rock of Cashel.


Esta abadía se construyó por monjes benedictinos en 1266, años más tarde fueron expulsados por el arzobispo McCarvill y la orden se entregó a los monjes cistercienses.


La abadía estuvo abandonada durante muchos años por lo que se estado actual es ruinoso, pero merece la pena acercarse y visitarlo.


De camino al coche buscamos donde comer y así seguir la ruta con el estómago lleno.

Ponemos rumbo hacia la ciudad de Kilkenny para visitar su precioso castillo.


El interior del Castillo de Kilkenny está lleno de estancias decoradas con todo lujo, pero hay que decir que en los años 60 se encontraba en estado ruinoso y gracias a una gran restauración hoy luce en todo su esplendor.

El todo el recinto del castillo encontramos a gente disfrutando sentados en el césped o paseando por los jardines. Nos relajamos un buen rato observando el ambiente.



Ponemos rumbo a la última etapa de este viaje por Irlanda, nos espera su capital, Dublín.

Llegamos a nuestro céntrico hotel y sólo nos entretenemos en dejar el equipaje y lavarnos un poco.
Salimos a la calle para disfrutar de la vida nocturna de la ciudad y no nos defraudó nada.
El barrio de Temple Bar es sin duda el más animado de Dublín, gente por todas partes disfrutando de los muchos pubs, divirtiéndose en la calle, música en todos los locales y restaurantes por todas partes ...





Después de un buen rato disfrutando del ambiente entramos en un restaurante a cenar. Disfrutamos del ambiente hasta terminar rendidos.












DÍA 3: SLIGO- CLONMACOISE- GALWAY- CASTILLO DE DUNGUAIRE- ACANTILADOS DE MOHER- LIMERICK

 Nuestro tercer día de viaje por Irlanda comienza muy temprano, tenemos muchos kilómetros hasta llegar a nuestro primer destino del día, el monasterio de Clonmarcnoise.

El día está lluvioso y hay que adaptar la velocidad del coche a las circunstancias, por lo que nos lo tomamos con paciencia.

A mitad de camino y en medio de una lluvia intensa con encontramos con la Abadía de Boyle, en la localidad de Boyle, y aunque nos pensamos si parar o no, decidimos hacerlo y sacar unas fotografías.


Se trata del primer monasterio cisterciense fundado con éxito en la provincia de Connacht, y aunque en la actualidad su estado es ruinoso, sigue siendo un ejemplo de las primeras fundaciones cistercienses del país.

El monasterio se construyó según el plan cisterciense de la época, tenía una iglesia en el lado norte del claustro, una sala capitular, cocina, refectorio y almacenes así como un dormitorio.

Seguimos nuestro camino hasta el Monasterio de Clonmarcnoise y después de aparcar y ponernos los chubasqueros, nos acercamos a la taquilla para sacar las entradas y comenzar la visita (8,00 eur/persona).

Se trata de un conjunto Monástico Paleocristiano del siglo VI. La visita comienza con un museo que alberga varias Cruces Celtas originales y mejor conservadas de Irlanda.

La Cruz de las Escrituras es la primera visita, construida en el siglo X. Mide 4 metros de altura y está decorada con escenas bíblicas.


En la siguiente sala se encuentra la Cruz del Sur, data de principios del sigo IX y presenta escenas de la crucifixión de Jesucristo.


Finalmente se visita la Cruz del Norte, de la que sólo se conserva la base y el eje, un eje tallado en tres de sus cuatro lados.

En cuanto a las lápidas que se exhiben en el museo, son una selección de las encontradas en Clonmacnoise. 

Después de la visita al museo salimos al exterior para ver las ruinas del monasterio de Clonmacnoise. Las cruces que se pueden visitar en este espacio son réplicas de las originales, pero con gran parecido a las auténticas.

En el recinto se pueden ver dos torres circulares celtas, son la de O' Rourke (la más antigua) y la Mc Carthy (adosada a una pequeña iglesia).


La puerta principal de la catedral es conocida como Puerta de los Susurros por su buen acústica. En su pórtico pueden verse a S. Francisco, S. Patricio y Santo Domingo.

La ubicación de Clonmacoise entre dos condados estuvo bajo influencia de muchos reyes, siendo enterrados aquí alguno de ellos como el último Rey Supremo de Irlanda Rory O' Connor.





La visita y su entorno es espectacular. Cuando paro la lluvia volvimos a recorrer Clonmacoise y lo disfrutamos mucho más.


Nuestro siguiente destino es la ciudad de Galway.

La visita la comenzamos por el Spanish Arch, una de las antiguas puertas medievales de entrada a la ciudad. 

Se ubica junto al puerto y justo al lado del arco encontramos la oficina de información y turismo,  nos acercamos a buscar información y un plano de la ciudad para no perdernos nada del centro histórico.

La visita nos lleva a calles peatonales llenas de comercios, restaurantes y gente paseando.

Sin dudar, esta es una ciudad viva, ideal para pasear, escuchar música callejera, tomar algo en alguno de los muchos pubs y restaurantes ...



Aprovechamos uno de los restaurantes para comer (comida tradicional) y luego seguir disfrutando de la ciudad.

Seguimos caminando por las calles más céntricas disfrutando del ambiente, de la música callejera, de los escaparates ... sin duda, es la mejor manera de visitar esta ciudad.

Llegamos al Castillo de Lynch, que fue hogar de la familia Lynch, uno de los clanes más importantes de la región.

La verdad es que no tiene aspecto de castillo como tal, pero de su fachada destacamos sus escudos y gárgolas


Seguimos caminando hasta llegar a la estatua que homenajea a Oscar Wilde y desde allí emprendemos el regreso para poco a poca acercarnos a la Catedral.



Cruzamos el puente sobre el Río Corrib y enseguida divisamos la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y San Nicolás. Por dentro es muy bonita y tiene entrada gratuita.



Concluimos así la visita a esta animada ciudad, pero no nos vamos sin antes entrar a tomar algo en uno de sus muchos pubs. Después seguimos camino hasta los acantilados de Moher pero haciendo una breve parada ante el Castillo de Dunguaire.
Si por algo es conocido este país, además de por su espectacular naturaleza, es por la gran cantidad de castillos repartidos por todo su territorio.
A las afueras de Kinvara, aparece la silueta de este Castillo de Dunguaire, del siglo XVI. El castillo estaba cerrado, pero bien merece dar un paseo y ver el exterior, y la fabulosa vista que se obtienen de la Bahía de Galway.



Desde aquí hacemos sin parar el trayecto que nos queda hasta los Acantilados de Moher. 
En el camino vemos pasando por la región de Burren, una extensa zona de roca caliza sin apenas vegetación.
Finalmente llegamos al parking donde hay que dejar el coche para visitar los acantilados (os advertimos que no se paga por vehículo, sino por número de ocupantes en el vehículo).

Caminamos dirección al centro de visitantes, donde entramos a ver la exposición fotográfica.

Impacientes recorremos los pocos metros que nos separan de los muros construidos por el hombre y desde donde se obtienen las primeras vistas de los acantilados. Realmente impresionante la vista !!!



Seguimos el camino que nos lleva hasta la torre (se visita de forma gratuita)  y sin parar de observar este paisaje idílico aparecen nuevos acantilados con los que deleitarnos en esta despejada tarde.



Llegamos a un punto en el que nos detenemos a observar el horizonte, los golpes que el agua da contra los acantilados, a escuchar a los pájaros... a gozar de los magníficos paisajes que nos ofrece Irlanda.


Después de hora y media regresamos al coche para seguir la ruta hasta la localidad de Limerick donde haremos noche.
Como viene siendo habitual en este viaje, llegamos de noche al hotel y solo tenemos ganas de salir a cenar y regresar a descansar para estar bien mañana.

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